Vamos a darle a Internet un poco de marcha

Bueno, pues ya estamos aquí. Lo cierto es que desde esta  atalaya se ve todo correctamente, y pensamos que nos vamos a quedar por unos cuantos años con vosotros, para ir contándoos algunas cuestiones que, pensamos, son enormemente interesantes. Al fin y al cabo no todos los días uno descubre un blog como el  nuestro…

Venga, como primera aportación queremos hablar de un tema poco tratado en la Red de redes: la aportación que hicieron los científicos musulmanes a la ciencia. Y el primer científico que vamos a citar es Muhammad Ibn Musa al-Jwarizmi, nacido en lo que hoy es la actual Uzbekistán y en una cronología que lo sitúa en el siglo IX d.C. Y lo traemos a la palestra porque su tratado Sobre el cálculo con numerables hindúes está considerado por muchos autores como una de las mayores revoluciones en la ciencia (en palabras de Javier Ordóñez). La innovación de este científico hemos de situarla en el campo matemático. Hasta ese momento se utilizaba el sistema numérico heredado de la antigüedad clásica, el cual tenía un gran problema: los números no eran posicionales, lo que conllevaba auténticos problemas (sobre todo a la hora de escribir cifras elevadas). Además, el cero no existía, lo que también suponía para los matemáticos de la época un fastidioso engorro, ya que la situación no era insalvable pero sí complicada, al tener que realizar cálculos adicionales para no errar. Al-Jwarizmi implantó un sistema de tradición hindú en el que los números eran símbolos numéricos colocados en orden y con el cero como innovación. Así, las operaciones se hacían mucho más fácilmente. La otra gran aportación de este islámico es el inicio del álgebra. De hecho, la palabra algoritmo deriva de su apellido.

Tampoco podemos dejar de mencionar a Ibn Sina, más conocido como Avicena. Creó una monumental obra que tuvo un gran éxito en la Edad Media, llamada Libro del Canon de la Medicina. Son cinco libros en los que se realiza una visión general de la anatomía, patología e higiene, además de incluir una lista alfabética de medicamentos, una descripción de las enfermedades, etc. El gran aporte de Avicena es que supo ir más allá de Galeno, afirmando que existían enfermedades que se podían contagiar a través del aire o de la tierra (y no por una variación de los humores, como presuponía la teoría galénica).

Y por supuesto, como no podía ser de otra manera, también tenemos paisanos islámicos, así que podemos citar a  nombres tan conocidos para la ciencia como el de Abulcasis, que pasa por ser el primer cirujano del Islam, siendo su obra al-Tasrif una verdadera enciclopedia médica, aparte de ser el inventor de diversos instrumentos quirúrgicos; también podemos recordar a Maslama, fundador de una escuela de astronomía y matemáticas en Córdoba, una de cuyas obras tuvo cierta influencia en el mundo cristiano (el Picatrix); también son muy recordados dos científicos especializados en medicina como Aventofail y Avenzoar, entre otras cosas porque de ellos fue discípulo uno de los filósofos más reconocidos de la época medieval: Averroes.

¿Te parece interesante? Pues ya sabes, apúntate a nuestra nave y aprende con todo lo que tenemos para contarte, que ya te avisamos que no es  poco. ¡Nos vemos!